Recámara de damas

Desde la intimidad de esta habitación, una de las hijas de Rafael Arocena escribió parte de su diario personal. Ahí registró aspectos de su vida familiar y también detalles del entorno cosmopolita que vivía a través de sus viajes y diferentes estancias en Estados Unidos y Europa.

El papel que jugaron las herederas Arocena resulta notable porque ellas mismas, con los años, asumieron el control de los negocios. Su participación fue a favor de la empresa y la administración de los asuntos familiares. Firmaban los documentos comerciales de la familia, tales como balances contables, cheques e informes financieros, aspecto que refleja el liderazgo de las herederas, quienes tenían un rol activo en las empresas.

En sus momentos más íntimos muy posiblemente descansaron en esta habitación, amueblada con un conjunto de recámara inspirado en uno de los tantos diseños del catálogo de chippendale, pero modernizado a finales del siglo XIX. La chapa de todos los muebles, dispuesta en patrones geométricos, denota un gusto por la buena factura y la sobria decoración.

Sobre el tocador, un llamativo conjunto de potes y frascos en imitación de los famosos diseños de Baccarat, así como un juego de arreglo personal en metal semiprecioso.