La Virgen de Begoña tiene una tradición centenaria que los vizcaínos recuerdan año con año en el mes de octubre. Existen numerosas versiones sobre sus orígenes. Algunas mencionan que su imagen, en forma de una pequeña escultura de madera, fue encontrada por unos pastores dentro del tronco de un árbol en el monte Artagán, cercano a la localidad donde después se fundaría la villa de Bilbao. En 1903, el Papa Pío X declaró a la Virgen de Begoña como patrona oficial de Vizcaya, coronando a la imagen. A partir de entonces circularon numerosas fotografías con su nuevo atuendo y ornato. Probablemente, una de éstas fue el modelo utilizado en la manufactura de las losas que fueron colocadas en este lugar de honor en el patio central de la Casa Histórica Arocena, recordando los orígenes de la familia en el País Vasco.