Hacia finales del siglo XIX se creó un nuevo estilo en la arquitectura y artes decorativas que abandonó los modelos históricos para dar paso a formas libres y creativas, inspiradas en la naturaleza: el art noveau. Detrás de las distintas propuestas formales que lo conformaron existió una voluntad común de crear un arte universal dentro del espíritu moderno y de progreso. Sus principios básicos fueron la superación de las formas históricas por las naturales, la adopción de los nuevos materiales, la dignificación del artesanado y la libertad expresiva con la integración de todas las artes. La Casa Histórica Arocena incorpora dicho estilo en su elevador vivamente ornamentado, las puertas y las chapas, la ebanistería en las paredes, las ventanas de los cuartos. En detalle, apreciamos ornamentos florales y frutales que distinguen el cuidadoso trabajo de ebanistería. Un elemento que destaca es la serie de capullos de algodón. El detalle es significativo porque testifica la relación entre el trabajo, la economía y el espacio para habitar, pues la familia Arocena se distinguió por su próspera empresa basada en ese cultivo.