Esta mesa que ha sido utilizada como escritorio está decorada con la técnica de taracea, la cual consiste en incrustar o embutir delgadas laminillas de maderas preciosas formando diseños en la superficie. La técnica fue primeramente introducida a la península ibérica en la Edad Media por los colectivos moriscos. El estilo decorativo que desarrollarían sería posteriormente conocido como mudéjar, en referencia directa a los artesanos hispano-moriscos conversos que permanecieron en los reinos ibéricos después del siglo XV. El estilo acusa a la influencia española presente en el mobiliario de los siglos XVI y XVII, caracterizado por sus líneas severas y volúmenes robustos. Durante el reinado del rey Carlos IV surgieron tipologías características en los reinos americanos donde se desarrollaron estilos propios, diversificados y plenamente originales. El llamado “estilo poblano” es plenamente reconocible en la taracea por la utilización de dos tonos con diseños preponderantemente abstractos y geométricos; el pirograbado y esgrafiado en labores de lacerías, estrellas y escudos.