San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María, son los personajes representados en estas dos pinturas. Se les muestran como personajes ancianos porque según la tradición, la concepción de la María fue milagrosa o extraordinaria ya que aconteció cuando sus padres ya eran viejos. Las pinturas están firmadas al pie a la derecha, son obra del pintor Manuel Caro (1752-1820), perteneciente a una dinastía de pintores: el abuelo, José Caro de Ayala; el padre, Antonio y el hermano, Mariano. Su estilo, entre dos siglos, abreva en el barroco, con el uso característico del claro-oscuro se adentra en el neoclasicismo con el uso de colores más claros y luminosos, como se observa en estas pinturas.