En esta habitación predominantemente blanca, con piso en baldosas hexagonales y paredes recubiertas hasta media altura con azulejos rectangulares, observamos instalaciones sanitarias muy completas para su época y que, en su mayoría, fueron adquiridas en el mercado norteamericano. Hacia 1880, el fabricante inglés de cerámica Thomas Twyford patentó los primeros inodoros de descarga en porcelana blanca moldeada, elaborados en una sola pieza, inaugurando así un negocio que se amplió a toda Europa y después a Norte y Sudamérica. Desde entonces y hasta ahora, la porcelana ha ofrecido grandes beneficios en la hechura de los muebles de baño: es fácil de limpiar por su superficie lisa y, por lo tanto, menos susceptible a la corrosión y formación de bacterias. Otra innovación para el inodoro, pero del siglo XX, fueron los asientos de caucho y posteriormente de plástico que sustituyeron a los de madera como el que posiblemente fue el original en este caso.