En un paisaje costeño, que dado el título sabemos que es Acapulco, Pastor Velásquez retrata a un hombre de edad avanzada. Al fondo de la composición en línea recta vemos montañas que se borran en la lejanía. De lado derecho en el tercer plano se localiza otro monte creado con pinceladas azules, verdes y cafés creando rocas. La disposición de las montañas crea el efecto de una bahía dejando en medio un mar con distintos matices de azul. En un segundo plano la arena es creada con pinceladas largas en una franja que abarca lo largo del papel en tonos ocre coronada por matorrales verdes. En primer plano el viejo acapulqueño se presenta en una pose de descanso. Al hombro tiene colgado un bolso en el que pudiera transportar sus pertenencias personales o tal vez el bolso es el producto de su trabajo en el que pudiera transportar la pesca del día. El hombre, de una tez morena oscura tiene la piel curtida por el sol tal vez debido a su trabajo. La expresión que tiene es de cansancio y agotamiento, sin embargo se le ve sereno. Viste muy sencillamente con una camisa blanca delgada con tonalidades moradas y rosas para emular los pliegues de esta.
Fecha de Creación: 1959